lunes, 27 de octubre de 2008

El Atleti, esa religión...


Porque eso tiene que ser una religión, qué barbaridad. La locura o cómo pasar de la euforia a la depresión, volver a la euforia y quedarse al borde del infarto. Lo de ayer en Villareal es de esas típicas jaimitadas colchoneras, que sólo ellos son capaces de bordar y exclusivamente ellos son capaces de ¿entender? Uno lo ve desde fuera con cierta perspectiva, la de un madridista al que le cae bien el Atleti, pero no soy capaz de alcanzar ese estado de cuasimisticismo que rodea a todo lo rojiblanco.

A medida que pasaba el partido me iba imaginando al atlético más genuino que conozco (hola, Tomi) y juro por mis hijas que no se me borró la sonrisa de la cara hasta el final. Luego, hablando con él, confirmó mis sospechas: el asunto es de manicomio.

De psiquiátrico fue también lo del árbitro del Real Madrid-Athletic, pero eso es otra historia. Me quedo con que, por este orden, ganamos el partido, un equipo entrenado por el indescriptible gañán del Caparrós está en descenso (lo siento, San Mamés, pero lo de este tío me puede) y tacháaaan.... ¡el Osasuna es colista! Ello unido a que la Real Sociedad no levanta cabeza y que, SEÑORES, la Unión sigue siendo líder en Segunda.

La felicidad debe ser algo parecido a esto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cualquier día me va a dar algo con estos ... Cualquier día.

Un abrazote.