viernes, 24 de octubre de 2008

Ingrid Betancourt, ¡dos orejas!

A falta de festejos que comentar, y complaciendo los deseos de nuestros lectores (de los tres), a partir de hoy ampliamos el abanico del blog y escribiremos de todo lo que se ponga a tiro. Hoy no puede ser otro el tema que los Premios Príncipe de Asturias, que se están entregando en este momento a 100 metros de casa.

Ya sé que hay gente a la que le parecen unos premios sobrevalorados, superfluos y prescindibles. Yo opino justamente lo contrario y cada año disfruto con la ceremonia y con los discursos. Por razones obvias, suelo prestar más atención al premiado en la categoría de letras y debo decir que he descubierto autores que hasta entonces no me habían llamado la atención, cuando no directamente los desconocía. Siguiendo la costumbre, mañana por la tarde iré a comprar algo de Margaret Atwood. Y le echaremos un ojo también a Tzvetan Todorov.

En la edición de este año, ha habido momentos muy emotivos. Rafa Nadal, merecidísmo premio, ha estado ha punto de soltar la lágrima. Me ha gustado también mucho ver a Jose Antonio Abreu, fundador de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. Su cara lo decía todo, qué satisfacción debe de ser, después de tantísimos años de trabajo, estar encima del escenario del Campoamor recibiendo esa cerrada ovación. Y lo que me ha hecho muchísima gracia es cómo se parece Larry Page (fundador de Google) a Manolo Barroso, fotógrafo de La Gaceta de Salamanca.

Pero el momentazo de la tarde ha sido el discurso de Ingrid Betancourt. Empezó poniéndome los pelos de punta y terminó haciéndome llorar, lo que tampoco tiene mucho mérito, porque los que me conocéis bien sabéis que soy de lágrima fácil. Faena de dos orejas de la doña colombiana, que bajó la mano al final y de qué forma.

Luego el Príncipe ha tenido el detallazo de acordarse en su dircurso de Severiano Ballesteros, que anda el hombre pasándolas canutas. Me han encantado las semblanzas que ha hecho de Rafa Nadal y sobre todo, de Ingrid Betancourt. Tan bonita como cierta la cita de Salvador Espriu: los hombres no pueden ser si no son libres.

Por lo demás, Oviedo luciendo precioso, como siempre (encima ha hecho un día de sol perfecto), la Reina impecable, como siempre (soy fan declarado de doña Sofía desde que la conocí en persona) y los gaiteros sonando a gloria...

Como siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro que te decidas a escribir de más temas, ya que sé que lo puedes hacer bien y disfrutaremos leyéndolos.¡Animo y adelante!, que tú puedes

Anónimo dijo...

¡De puta madre que escribas de más cosas, mamonazo! Eso sí, pásame tu talla para cuando escribas del Atleti, mandarte tu correspondiente camisa de fuerza. ¡No puede ser de otra forma!