martes, 9 de diciembre de 2008

Nuevo pero viejo Valencia


Hay dos sitios donde me encanta tomar una caña. Uno está en Bilbao, la Taberna Taurina, en la calle Ledesma. El otro, en Salamanca. Ambos comparten una decoración basada en el mundo del toro y destacan además por la cantidad y calidad de sus pinchos. A Bilbao hace mucho que no voy pero en Salamanca estuvimos el fin de semana pasado y era cita obligada pasar por el Valencia.

A través de la red sabíamos de las vicisitudes de la reciente reforma, pues hay quien se ha encargado de hacernos la crónica casi diaria a través de su blog. Pero nada como verlo en directo. Uno tuvo el privilegio de la visita guiada de la mano de Jose. Digo privilegio porque se hizo cierto el dicho de hasta la cocina. Por cierto, que me dio el disgusto de que el Morante dibujado en la pared de la misma fue vícitma de la piqueta. Por lo demás, ha quedado de lujo.

La zona del bar ha ganado muchísimo con la nueva iluminación, además de contar con más espacio, gracias a la desaparición de aquellos baños tipo camarote de los hermanos Marx de los que nadie se va a acordar. Además, Jose ha tenido el buen gusto de escoger unos azulejos que encajan como un guante con el ambiente del bar. Y lo de dejar la zona de detrás de la barra diáfano de carteles y en azulejo blanco, otro acierto. Le da amplitud y luz.

Y lo más importante. Lo que no ha cambiado es la mano del cocinero. Probamos la jeta, lomo de la olla, sangre frita, salchichas y de remate, una de lengua, invitación de la casa. Como siempre, de nota. Lo que hemos dado en llamar el nuevo pero viejo Valencia.

2 comentarios:

Marisol dijo...

Por la parte que me toca (Jose es mi hermano)...gracias...
Como tú dices, es el de siempre con un aire renovado...pero esos pinchos, esa comida, ese ambiente....el espíritu Valencia sigue ahí, de la mano de Jose (y con ayuda de Beatriz, claro está)

sentimientos y locuras dijo...

Muchas gracias. Me siento muy orgulloso porque precisamente la idea que te has llevado de este nuevo pero viejo Valencia es lo que yo quería transmitir. Muchas gracias amigo.
Me alegra mucho que tú y tu familia nos visitéis, por lo que nos transmitís y por ser tan buenos aficionados a los toros.