lunes, 11 de mayo de 2009

Tendero apunta

Al terminar la novillada de Montealto nos acordábamos de lo que ocurrió el año pasado con este mismo hierro y las comparaciones son odiosas. Nada que ver la nobleza que derrochó el año pasado con la mansedumbre desesperante de éste. Verbigracia el segundo -un jabonero precioso de lámina- que mandó al hule al banderillero Gimeno Mora. El que estuvo hecho un tío con él fue Miguel Tendero, poniéndose en el sitio desde el principio e intentando y consiguiendo someterlo a base de mano baja. Faena importante y maciza del novillero albaceteño que no encontró eco en los tendidos. Empieza a preocupar esto de que Madrid no vea faenas que antes valían su peso en oro. Quizá si hubiese acertado con la espada la cosa hubiese sido distinta pero aún así, mereció otro premio que unas palmitas.

Poco más o menos le ocurrió con el quinto. El toro se le acabó muy pronto -de eso la culpa la tuvo la presidencia, que se empeñó en no conceder el cambio pese a llevar dos puyazos- pero le sacó lo poco que le quedaba. Volvió a incurrir en el mal uso de la espada, con el defecto añadido de pasarse de faena. No obstante, me sigue interesando este novillero.

Como me gustó la disposición de Javier Cortés con el tercero. Un cabrón con pintas de principio a fin, sobre todo por la izquierda. Pero ahí estuvo, tragándole y sacándole muletazos incluso por ese pitón, con el mérito de hacerlo en medio de un vendaval que lo descubría constantemente. El sexto fue un mulo al que ni queriendo se le sacaba un pase.

Y la cruz fue Jose Manuel Mas. No se acopló con el primero, quizá el más manejable, pese a un prometedor inicio. Y con el cuarto, que tampoco fue de lo peor, echó el rato en esquivar el viento.

No hay comentarios: