miércoles, 8 de julio de 2009

Aguilar no conecta

La oreja la cortó Antonio Barrera pero el que realmente estuvo hecho un tío fue Sergio Aguilar. No sé qué narices le pasa a este chico que no es capaz de conectar con los tendidos. Es como cuando te quedas sin cobertura en el teléfono móvil. Hablas y hablas pero como si no. Le ocurrió en Madrid y le volvió a pasar en Pamplona. Valor seco y un buen concepto del toreo deberían ser ingredientes suficientes pero está claro que no. Así que se tuvo que conformar con una vuelta al ruedo tras la faena al tercero, un toro de Cebada Gago con un buen pitón izquierdo pero con sus cositas. Y una auténtica prenda fue el sexto.

Peor fue lo de Francisco Marco. Entre que sus dos toros sacaron guasa y que el torero anda ayuno de técnica pasé un rato fatal, la verdad. Hubo errores garrafales de colocación que acentuaron los defectos de sus oponentes y el hombre pasó sin pena ni gloria, con tanta voluntad como desacierto.

El regalo de la tarde fue el que abrió plaza, un toro con el que Antonio Barrera, sin estar mal, debió estar mucho mejor. Variado con el capote, eso sí, pero manejando la muleta dio la impresión de que el de Cebada Gago daba más de sí. Lo mató bien y como decíamos al principio, cortó una oreja. O mejor, una orejita. El cuarto, directamente para olvidar.

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