lunes, 5 de marzo de 2012

La conquista de la baja


Esto es como un videojuego que podríamos llamar La conquista de la baja y hoy por fin he conseguido llegar a la última pantalla. Aquí va el relato de los hechos, por si a alguno os sirve la experiencia.

Marco el número de Movistar y sale la maquinita.

- Diga claramente el motivo de su llamada

- BAJA

- ¿Desea la baja de la línea con la que está llamando, la de Imagenio o la de otros productos?.

- Otros productos.

- No se retire le pasamos con un asesor personal.

(Bueno, vamos bien, a ver si hay suerte y no me rebotan la llamada al otro lado del charco).

- Buenos días, le atiende Esperanza, ¿en qué puedo ayudarle?

(Uau, hoy es mi día de suerte, no sólo no tiene acento de Guayaquil sino que me ha tocado una operadora con un nombre premonitorio).

- Hola, buenos días, mira, quería dar de baja un modem USB.

- Sí, dígame el número al que corresponde

- Seis ocho nueve (...)

- Bien, dígame el nombre del titular.

(Servidor)

- De acuerdo, señor Alférez, no se retire que voy a hacer unas comprobaciones.

(Sonido de fondo de otras operadoras y me imagino a Esperanza limándose las uñas o terminando de enviar el mensaje que estaba escribiendo con el móvil a su hermana cuando la interrumpí con mi llamada)

- Dígame el DNI del titular de la línea.

- Sí, siete millones (...)

- De acuerdo, termino de comprobar, no se retire, por favor.

(De nuevo, el sonido de fondo anterior y esta vez, por la tardanza, me imagino a Esperanza rematando un sudoku o terminando de leer el 20 minutos que pilló en la parada del autobús esta mañana)

- Bien, ya he terminado y le paso con una compañera del departamento de bajas que le atenderá a partir de este momento. Eso sí, para facilitarle el trabajo a mi compañera, si es tan amable me indica el motivo de la baja.

- Pues mira, porque no lo uso.

- Perfecto, no se retire.

(Música estridente, el que eligió el tema de espera merece ser condenado a leerse las obras completas de Lucía Etxebarría. Llevo más de diez minutos al teléfono y estos detalles ya empiezan a fastidiarme).

- Buenos días, le atiende Alejandra, me dice mi compañera que quiere usted solicitar una baja...

- Buenos días, sí, así es.

- De acuerdo, déjeme que compruebe unos datos, no se retire.

(Esto es de coña. En lugar de teleoperadoras deberían llamarse telecomprobadoras, me dan ganas de soltar un improperio pero me acuerdo de Carl Winslow y recito de memoria su método de control: uno, dos, tres, cuatro cinco y seis, yo me calmaré, todos los veréis)

- Dígame, señor Alférez, ¿por qué quiere dar de baja el servicio?

- Ya se lo he dicho a tu compañera, básicamente porque desde que tengo internet en el móvil no lo uso.

- En ese caso, señor Alférez, le voy a hacer una oferta para que no tenga que darlo de baja, que sería pagar por conexión el día que usted lo use, que abonaría únicamente 1 euro con cincuen...

- Ya, maja, pero es que eso mismo me dijisteis hace unos meses, acepté y me estáis cobrando diez euros más IVA al mes, por tenerlo en el cajón.

- Ya, ya, pero la oferta que yo le hago es muy ventajosa, pagaría sólo por conexión...

(Esta es tonta o me toma a mí por ídem, la interrumpo)

- Que sí, que eso mismo me dijisteis y me habéis cobrado 10 euros al mes, así que hazme el favor de darlo de baja.

(Tono de voz como si se le hubiese muerto el canario)

- No se retire que se lo tramito.

(De nuevo la música estridente. Empiezo a pensar que es una estrategia de marketing vengativa: tú te darás de baja pero nosotros torturamos tus oídos).

- Sí, señor Alférez, ya está en marcha su proceso de baja, ahora unicamente necesitamos que nos envíe por correo una documentación para completarla.

- ¿Cómo dices? Te leo lo que pone en la carta que me acompañáis con la factura: "Puede darse de baja mediante las siguientes vías a) Por teléfono, llamando gratis al 900 10 10 10. Conserve el número de baja que le facilitaremos b) Por correo, enviando su solicitud de baja con sus datos personales (...)" Así que yo elijo la primera.

- Ya, pero es que usted se dio de alta en un distribuidor...

- Te lo vuelvo a leer, que igual no ha quedado claro: Puede darse de baja mediante las siguientes vías a) Por teléfono, llamando gratis al 900 10 10 10. Conserve el número de baja que le facilitaremos. No leo por ninguna parte excepciones en función de donde lo haya contratado, así que POR FAVOR, tramítame la baja de una santa vez, que es la tercera vez que lo intento.

- No se retire, que voy a hacer una consulta.

(Sí, lo habéis adivinado, la puta música)

- De acuerdo, señor Alférez, procedo a dar de baja su número seis ocho nueve (...) Le comunico que la baja se hará efectiva en 48 horas y que recibirá una última factura liquidando los días transcurridos desde la última. ¿Desea alguna cosa más?

(Naturalmente, querida, que ya no fío un pelo de vosotros)

- Pues, sí, si eres tan amable me facilitas el número de baja, por favor.

- Ah, sí, tome nota, es el uno, siete, (....)

- De acuerdo, muchas gracias.

- Buenos días y muchas gracias por usar Movistar.

Game over. Espero.