domingo, 18 de mayo de 2008

Amarga despedida de Pepín Liria


Merecía algo más que la mansada de Samuel Flores. Pepín Liria se despidió de Madrid sin poder regalarnos el regusto que nos dejó en Sevilla. Y no será porque no puso de su parte, pero los samueles (he leído por ahí que los bautizaron como samulos, con toda la razón) fueron para salir corriendo. Impresionantes de pitones, sí, pero por lo demás desiguales y sobre todo mansos de solemnidad. Y eso que volvían a Las Ventas después de varios años. Menuda reentré...

El murciano se llevó una ovación al terminar el paseillo y casi que fue la única alegría de la tarde. Porque si los toros no ayudaron, sus compañeros de cartel tampoco estuvieron a la altura. Cumplía Luis Francisco Esplá con su segundo paseíllo en San Isidro y chico, más de lo mismo. Cuando escribo esto, parece que ha anunciado el alicantino que no volverá a torear en Las Ventas. Sabia decisión, porque hace tiempo que no está a lo que hay que estar en la plaza.

Serranito tuvo en sus manos el único que se medio dejó, el castaño tercero. Pero se conoce que le pilló de sorpresa y no fue capaz de acertar con las distancias que el animal requería. Algunos muletazos sueltos estimables pero sin tener la faena la continuidad deseada.

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