lunes, 24 de octubre de 2011

Sí era eso, Chenel


Hoy hará su último paseíllo en Las Ventas y saldrá por la Puerta Grande, don Antonio Chenel Albadalejo, Antoñete para la historia en la que ya ocupa un lugar de privilegio por derecho propio. Si hago memoria de mis primeras impresiones como aficionado, inevitablemente aparece su figura como una de mis referencias.

Tuve la suerte de saludarle en persona, un año que Canal Plus metió sus cámaras en La Glorieta para retransmitir la Feria de Salamanca. Al terminar el festejo me acerqué a su puesto de comentarista. Estaba sólo, bueno, con el sempiterno pitillo entre los dedos. Le extendí mi mano, la apretó y le dije algo así como "maestro, le echo mucho de menos, que los de ahora me aburren". Resopló, soltando al cielo de Salamanca una bocanada de humo, esbozó una media sonrisa y con esa voz ronca y como hablando para dentro sentenció: "tampoco es eso, hombre".

Y me temo que sí, que hemos perdido una referencia imprescindible para el toreo de siempre, para el único que merece ese nombre, como lo explicaba él mismo en un documental que repitieron anoche, el que se hace de alante a atrás y de arriba a abajo. Como explicaba perfectamente la faena que me sé de memoria de verla tantas veces, la de Julio Aparicio al toro de Alcurrucén, en la que terminó llorando como yo.

Descanse en paz, Chenel, maestro.

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