domingo, 28 de septiembre de 2008

Milagro en Singapur


A falta de toros -otra vez la lluvia nos amargó la tarde en la Maestranza- no queda más remedio que hablar del gran triunfador del domingo. Dos orejas y rabo cortó Fernando Alonso en el coso de Singapur. Hacía falta un milagro y este llegó en forma de coche de seguridad cuando más le favorecía. Ya era hora de que la suerte le sonriera,que menudo añito llevamos sus partidarios.

sábado, 27 de septiembre de 2008

San Vicente, ¿qué te hicimos?

Vaya día. Se muere Paul Newman, se rompe el R28 de Alonso cuando parecía que por fin había opciones de hacer algo, se suspende la corrida en Sevilla... Me voy a consultar el santoral y me pregunto, San Vicente de Paúl, ¿qué te hicimos, hombre? Menos mal que Van Nistelrooy sí que toreó en Sevilla y le dio la victoria al Madrid en el último suspiro.

En cuanto a la corrida que todos esperábamos ansiosos, lo cierto es que la cosa empieza a oler en Sevilla. Vale que si se pone a llover no hay tu tía, pero cuentan que a punto de empezar el festejo abrió el día. Vamos, que con una lona se habría solucionado el asunto y a esta hora estaríamos hablando de toros en lugar de cabrearnos con la incompetencia de una empresa que no está a la altura de la categoría de la plaza.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Menos mal


Menos mal. Iba la primera tarde de la Feria de San Miguel bastante cuesta arriba por obra y gracia de los novillos de Guadaira. Antonio Nazaré, que ya me gustó en su comparecencia abrileña en Sevilla, estuvo por encima de su lote. Su primero tenía guasa pues se dejaba dar dos muletazos y al tercero ya estaba mirando y midiendo. Una historia parecida se vivió con el cuarto.

Pero menos mal. El albaceteño Miguel Tendero, que me conquistó en San Isidro, tuvo quizá el peor lote y no pudo dar de si todo lo que lleva dentro. No obstante se justificó y no pierde crédito.

Y menos mal que salió el quinto. Porque Pepe Moral vio como el segundo de la tarde se rajaba muy pronto y no le dejaba lucirse. Pero apareció por chiqueros Lascivito y cambió el signo de la tarde. Novillo muy cuajado, casi toro, apuntó buenas maneras en el capote. Apenas le pegaron en el primer puyazo pero acudió al segundo con una alegría que apenas se ve hoy en día. Y en la muleta fue de menos a más. Comenzó galopando al cite del pase cambiado por la espalda con el que comenzó la faena Moral. Y a partir de ahí el acabose. Metiendo la cara en la muleta, arrastrando el hocico y haciendo el avión. Tanto por la derecha como, sobre todo, por la izquierda. El mérito de Pepe Moral fue darle series cortas y acertar con las pausas entre ellas. Amén de templarlo mucho y bajarle la mano, naturalmente. Y valga la redundancia, porque con la mano izquierda alcanzó los momentos más brillantes.
Merecía otra cosa Lascivito pero el novillero se atragantó de estocada y la espada cayó tendida y atravesada. Aun así se premió la faena con una oreja. Menos mal.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Foto de la temporada

La Monumental de Barcelona a reventar, José Tomás indulta a un toro de Nuñez del Cuvillo y sale a hombros con la senyera. Eso no hay Carod Rovira que lo resista...

¡Visca la festa a Catalunya!

viernes, 19 de septiembre de 2008

Salamanca tierra mía...

Pasó la Feria de Salamanca y un año más que, por lejanía y trabajo, no asomamos por el coso de La Glorieta. Así que la hemos seguido en la distancia, a través de las crónicas por la red y de algunos comentarios de allegados que sí lo han vivido en primera persona.

Abrió ciclo la novillada de José Cruz, hierro que debutaba y que dejó un excelente sabor de boca. Lástima que los novilleros no estuvieran a la altura del ganado. Daniel Martín, Juan Siro y Román Pérez dejaron pasar un tren de los que no conviene.

El día 12 se repitió de alguna manera la historia. La corrida de Adelaida Rodríguez debió ser mejor aprovechada por la terna y sólo Leandro Marcos arrancó una oreja al sexto tras una buena faena. Javier Castaño y sobre todo Juan Diego se estrellaron cuando más lo necesitaban.

El show del palco presidencial dio comienzo el 13. No es que Salamanca se haya caracterizado por su exigencia pero uno recuerda tiempos mejores, los de Alberto Gallego sin ir más lejos. El actual equipo, en su 50%, deja mucho que desear en ese aspecto. De ello se aprovechó Sebastián Castella, que llegaba sustituyendo a Enrique Ponce y acabó saliendo por la Puerta Grande, en un exceso de generosidad del señor Cubino. El francés estuvo muy por debajo de un gran toro de Garcigrande pero dio igual, el señor presidente decidió enterrar un poco más el prestigio de la plaza, que ya había hecho trizas regalando otra oreja a Manzanares junior. El niño del Niño, que cerraba el cartel, en su línea de incapacidad, salvo momentos puntuales con el capote.

Menos mal que al día siguiente presidió Tello, que para eso de las orejas demuestra más rigor. Y esta vez sí que fueron justas, tanto las dos de López Chaves -¡qué falta le hacía esto a Mingo!- como las de de Barrera y Juan Bautista. Tarde pues de triunfo, merced al gran comportamiento de los toros de La Campana.


El huracán Perera, el mismo que lleva arrasando toda la temporada allá por donde va, pasó por La Glorieta el día 15. Tres orejas cortó el angelito, dos de ellas inventándose el toro y demostrando que hoy por hoy es el sheriff del escalafón. Morante de la Puebla regaló pasajes de gran mérito con el capote pero se estrelló con un lote imposible. Y Julio Aparicio ni quiso ni pudo. Los toros de El Vellosino no destacaron especialmente.

Y llegó el día T. La reventa por las nubes, los tendidos llenos, los del clavel a pleno rendimiento y José Tomás en la arena. Y mira tú por donde se pudo ver su mejor versión, aquella que conquistó a los aficionados en su primera etapa. Nada que ver con esa reedición de manoletismo mal entendido que parece volver locos a los Sabinas, Serrats y Bosés como profetas del unicejo de Galapagar. Así es que la gente venía de casa ya con el pañuelo en la mano y encima JT estuvo bien, qué coño más da que pinchara dos veces, había que darle la oreja y que saliera a hombros para amortizar la entrada. A su lado destacó un torero que lleva una temporada espectacular. El Fundi cortó una oreja a un complicado toro de El Pilar, de esas que valen su peso en oro. En medio de ese paisaje, va Alberto Revesado y se pone a tomar la alternativa.Y ocurrió lo que tenía que ocurrir...

La nota ganadera más baja quizá la dio la corrida de Valdefresno, lidiada el día 17. Con ella destacó Javier Valverde, que cortó sendas orejas, una de ellas más merecida que la otra, y abrió la Puerta Grande. Detallazo brindando uno de los toros a Victoriano García El Legionario, que picó su último toro en La Glorieta. Manuel Jesús El Cid anduvo fácil con su segundo e inexplicablemente Cubino le regaló un apéndice después de una fea estocada. Completó cartel El Fandi, del que no me explico qué pinta en una feria como la charra. En realidad no me explico qué pinta en el toreo, pero eso es otra historia.

Y a falta de la corrida de rejones, ayer se cerró la Feria con la corrida de Hermanos García Jiménez. Extraordinaria corrida que sirvió en bandeja el triunfo para El Juli, Miguel Angel Perera (otra vez) y Eduardo Gallo, que consiguió engancharse al clima de triunfalismo de la tarde y superó los altibajos de una temporada tirando a regular. Se cortaron siete orejas que debieron ser muchas menos pero la gente salió toreando, dicen...

En resumen, que debe haber sido de las Ferias más entretenidas de los últimos años y yo sigo echando mucho de menos a don Alfonso Navalón.

martes, 9 de septiembre de 2008

Un respeto

Ocurrió el pasado domingo en Barco de Avila. Una plaza bastante antigua, con los tendidos de piedra y sin callejón. Así que los mozos de espadas se pertrechan en un burladero y apoderados, y demás fauna que acompaña a los toreros se colocan en el propio tendido. Al pie nuestro se situó el equipo de José German, novillero madrileño que abría el cartel. En su primera actuación, cortó dos generosas orejas y aún hubimos de soportar a un miembro de su cuadrilla pidiendo a gritos el rabo. Pero el colmo vino en el segundo de su lote. La cosa se quedó en una vuelta al ruedo pero asistimos al lamentable espectáculo de un señor de su entorno, no sé si apoderado, padre o jefe de prensa, que puesto en pie reclamaba a voces la oreja. Nadie la pedía pero él se desgañitaba haciendo el ridículo: ¡la orejaaaa, la orejaaaaaaaaa!

Ya sé que Barco no es Madrid, ya sé que a los novilleros no hay que medirlos con la severidad de las figuras, pero de ahí a rebajar la categoría de la plaza a esos extremos va un mundo. Un respeto, señor de melena y pantalón y camisa blanca.

Por cierto, que en ese festejo destacó, amén de un excelente novillo de Pedrés, el novillero Fernando del Toro. Excelente conocimiento de los terrenos, gran temple y saber darle la distancia adecuada al novillo fueron sus armas. Habrá que seguir su trayectoria.