A falta de toros -otra vez la lluvia nos amargó la tarde en la Maestranza- no queda más remedio que hablar del gran triunfador del domingo. Dos orejas y rabo cortó Fernando Alonso en el coso de Singapur. Hacía falta un milagro y este llegó en forma de coche de seguridad cuando más le favorecía. Ya era hora de que la suerte le sonriera,que menudo añito llevamos sus partidarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario