

Así que la cosa se quedó en un mano a mano entre Sebastián Castella y Jose María Manzanares, vamos que prometía. Pero qué va. La corrida de El Ventorrillo fue un festival de falta de fuerza y raza. Salvemos de la quema al sexto, al que Manzanares se empeñó en torear para afuera hasta aburrirlo. Y al quinto, con el que Castella estuvo bastante mejor que con el segundo pese a no cortar la oreja que sí le regalaron en aquel. El colmo fue lo del cuarto, que literalmente se echó a mitad de la faena. Toda una pedorreta a la bravura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario