lunes, 1 de julio de 2024

Rocas, higos y vino blanco


    Mis coetáneos de la EGB saben de lo que hablo: en algún rincón de nuestro cerebro tenemos grabado a fuego cosas tales como a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde; con diez cañones por banda viento en popa a toda vela; cirros, nimbos, cúmulos y estratos o el Ebro nace en Fontibre, provincia de Santander.

    La lista de las preposiciones, los primeros versos de la Canción del Pirata de Espronceda, los tipos de nube o el nacimiento del Ebro (¡y los afluentes!) no se nos olvidan, como seguro que, si digo cuarzo, feldespato y mica, todos ponéis las orejas tiesas y os trasladáis a la clase de natu para recordar los componentes del granito. Que ese es el protagonista del día.

    El granito es una roca magmática, es decir, formada a partir del material que expulsan los volcanes. Es un elemento que está muy presente en nuestras vidas. Raro será que a lo largo del día no pises algún suelo recubierto de baldosas de granito. O puede incluso que cocines a diario en una encimera hecha del mismo material. El granito tiene un museo en Quintana de la Serena (Badajoz). Sin salir de Extremadura, hay una variedad de higo así bautizada en la comarca de La Vera. En Estados Unidos, el pico más alto del estado de Montana lleva su nombre.

    Todos estos datos tienen su aquel, qué duda cabe, pero lo que hoy me interesa especialmente del granito es que da nombre a la vigésimo cuarta celebración de los años de matrimonio, que es la que hoy nos toca a nosotros. Ahí es nada, resistencia, durabilidad y capacidad de aguantar todas las adversidades son las características que adornan a la efeméride. Yo creo que define bastante bien nuestra relación, así que os doy un dato más para terminar: en Galicia, tierra prolífica para nuestro artista invitado, hay un vino Albariño que se fermenta en depósitos de granito.

    Así que levantemos las copas, chin, chin, ¡y a por otros veinticuatro!

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