Rivera Ordóñez es muy guapo y anuncia gulas, relojes y todoterrenos. Eso es todo lo que se puede decir de él. Eso y que tuvo en sus manos un toro de orejas, el quinto, y se lo dejó escapar sin remedio. Segundo fracaso.
El Fandi se lo pasa pipa en la plaza y su diversión es directamente proporcional a la velocidad con la que hace las cosas. O sea, que cuanto mejor, peor. Le arreó una larga cambiada en el tercio al primero y luego dio un recital de pasito atrás para acabar con el remate más violento de la feria. Luego le dio por las chicuelinas al paso que parecía que el realizador le había dado al forward del video, de acelerado que estuvo. En banderillas nos obsequió con un concurso de recortes y con la muleta, ¡ay el mítin que dio con la muleta! Tercer fracaso.
Los toros de Torrestrella, antaño capricho de figuras, han quedado para esto. Cuarto fracaso.
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