(Como mis obligaciones con mi prole no dejan tiempo para escribir, le cedo gustoso el espacio del blog a mi hermana Irene para que nos cuente historias de San Isidro. Aquí van sus impresiones de la corrida del pasado jueves)
(Texto: Irene Alférez; Foto: Emilio Méndez)
El pasado 24 de mayo confirmó su alternativa Diego Silveti
en Madrid, justo el día en que se cumplían veinticinco años de la confirmación de su añorado padre, el Rey David. Su padrino
fue Sebastián Castella, que forzó su reaparición tras la cornada de su anterior
y épica tarde en San Isidro, y como testigo actuó el sevillano Daniel Luque.
Se lidiaron cuatro toros de Núñez del Cuvillo, un sobrero de
Carmen Segovia y otro de Salvador Domecq. Lástima que dieron poco juego y la
tarde solo dejo pinceladas en nuestras retinas.
Con la plaza llena, la confirmación en Madrid había
despertado gran interés, tanto en España como en México y fueron muchos los
aficionados mexicanos que quisieron arropar a su Príncipe en este día tan
señalado. Tuve la suerte de vivir esta tarde de una forma especial,
pues gracias a mis maestros, Javier
Arroyo y Emilio Méndez, estuve presente en el patio de cuadrillas
fotografiando a la terna antes de realizar el paseíllo. Una alternativa de lujo
en San Isidro.
Yo había estado en algún patio de cuadrillas antes pero
nunca en Las Ventas y en San Isidro, hasta para eso Madrid es diferente y se
nota. El primero en aparecer fue Silveti, con el vestido blanco y oro de su alternativa en Gijón el
pasado 12 de agosto de 2011. Un vestido ya usado pero precioso, con un sabor
especial. Con esa elegancia natural de los príncipes y ese saber estar. Su
rostro reflejaba tranquilidad, reposo y alegría, disfrutando su momento. Aunque
seguro que la procesión iría por dentro, él lo disimuló muy bien. En ese patio de cuadrillas comprobé como la cara es el
espejo del alma, se palpan muchas emociones en esos momentos previos. No solo
de las cuadrillas, también de los apoderados, acompañantes e incluso los
propios compañeros de prensa.
El segundo en llegar fue Castella. Me di cuenta cuando cruzó por delante de mi objetivo y se
colocó justo delante de mí. Clavándome esa mirada suya tan significativa, entre
enfadadísimo por estar ocupando “su sitio” y sorpresa por verme allí. De
repente me vi como parte de su cuadrilla, colocada entre él y su primer
banderillero. Todos allí geométricamente situados frente a la cuadrilla de
Silveti. Mientras todos los compañeros de la prensa a excepción de mí,
disparaban sin parar sus cámaras desde el portón de salida hacia la plaza. Pedí perdón y salí de la manera mas digna que pude de
aquella encerrona, eso si, fueron los cinco segundos más largos de mi vida.
Y por último llegó el sevillano Daniel Luque, discreto ocupo un lugar cerca de la puerta con los
suyos. Muy solemne por la responsabilidad que significaba estar allí aquella
tarde de San Isidro. Una experiencia inolvidable en una tarde para el recuerdo,
lamentablemente no por el resultado de la corrida mas tarde.
Me gustó el quite por gaoneras de Silveti a Tarifeño, el
toro de su confirmación. Después ya con la muleta realizó una faena muy
templada e inteligente. Dando sitio al toro y dejándole reposar, pues estaba muy
justito de raza. Lo cuidó mucho y pudo demostrar al menos una pincelada de su
toreo. Lástima que lo pinchara dos veces antes de la estocada definitiva, aun
así recibió sentidas palmas que agradeció al publico con sentimiento recíproco.
A Silveti le vi torear en la México la tarde de la pasada
corrida guadalupana el 11 de diciembre de 2011. Esa tarde cortó un rabo a su
sexto toro Charro Cantor de Los Encinos, faena que yo no vi…aunque esto daría
para escribir otra crónica y no es el momento. Veo en el una positiva proyección, lenta pero segura,como
debe ser. El toreo necesita su tiempo de asimilación y es importante avanzar
cada día pero a la velocidad adecuada. Como dijo el rey Fernando VII de España
“vísteme despacio que tengo prisa”. Su sexto toro fue devuelto a los corrales por falta de
fuerza y en su lugar lidió un sobrero de Salvador Domecq, la ganadería de su
alternativa. No dio buen juego pero a este si lo mató de una estocada…
Castella continuó en su ascensión hacia el templo de los
dioses en San Isidro y de no ser por la espada, hubiera cortado una oreja o
incluso abrir la Puerta Grande. Ni siquiera quiso dar la vuelta al ruedo a
pesar de que recibió una fuerte ovación e incluso hubo petición de oreja en los
tendidos. Su casta y orgullo no se lo permitieron. Bien por él.
Por último, Daniel Luque dejo pinceladas con el capote y la
muleta pero su lote no le permitió redondear ninguna actuación.
Después de ver esta corrida de Núñez del Cuvillo, muchos nos
planteamos otra vez la reflexión sobre la situación actual de la ganadería
brava. Viendo la evolución ganadera de San Isidro, parece que tenemos un
problema importante y con difícil solución, al menos a corto plazo.
Nos quedaremos con las sensaciones positivas del patio de
cuadrillas en una tarde de sentida confirmación en Madrid de un torero
mexicano, apadrinado por un francés y siendo testigo un sevillano. Un cartel
internacional para el Príncipe, como fue el de la confirmación de alternativa
del Rey.
La historia se repite y Silveti abandona el coso venteño con el capote
de paseo de su padre sobre los hombros.
Irene Alférez
2 comentarios:
Oleeeeeeeeee que bien Irene y que bien DAvid!! Así se puede!!
Gracias José!! Mano a mano de Los Alférez
un abrazo grande y hasta el sábado
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