Antonio Barrera tragó el peor lote de una deslucida corrida de Gerardo Ortega, que sólo se salvó por lo astifino de su estampa. Anduvo decoroso Barrera y al contrario que en otras ocasiones, creo que no se le puede pedir más de lo que dio con semejante suerte en el sorteo.
Y el vallisoletano Leandro, no terminó de encontrar la medida al tercero, pese a dejar alguna serie de mérito por la izquierda, y es que dio la sensación de que el toro daba más de sí.
Nada que ver con el otro de su lote, un remiendo de Sepúlveda, manso y brutote a más no poder. Lo intentó el pucelano y se llevó una fea voltereta como triste premio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario