sábado, 21 de marzo de 2020

Diario de una familia enclaustrada: día 9

Corren por las redes muchos vídeos de desaprensivos saltándose a la torera la recomendación de quedarse en casa. Afortunadamente, las fuerzas del orden se están poniendo las pilas y van poniendo coto a tanto dislate. Lo malo es que no parecen casos aislados sino que a la epidemia que sufrimos, se une otra de gilipollismo e insolidaridad. Veréis por qué lo digo.
Hoy tocó visita al súper para reponer la nevera. Estando en la sección de charcutería, mientras la empleada atendía a una chica que iba delante de mí, ésta le preguntó por cómo llevaban la situación. La respuesta nos dejó con los ojos como platos. "En general muy bien pero hay gente que no se toma esto en serio y baja a comprar hasta tres veces en una mañana. Otros entran y se llevan una bolsa de pipas para justificar la salida. Y lo peor es que la mayoría son gente mayor, que se supone que son los más vulnerables. Hoy mismo le hemos echado en cara lo de las visitas repetidas a una señora y su contestación fue que ella tenía 83 años, sí, pero una salud de hierro así que a mí no me afecta". Tócate las narices.
Así que entre estas paisanas y los de los perritos -una cosa es que el animalito salga a mear y otra que aproveches a darte un paseo de dos kilómetros- van a terminar por prohibir toda salida y ya verás tú que risa.

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