Agustín, que así se llama el flautista, tiene un buen equipo musical porque se dedica en los veranos a amenizar fiestas de los pueblos. Así que empezó tímidamente pero poco a poco, se ha venido arriba. Ha ido añadiendo watios de sonido y claro, ya llega bastante más lejos que a los bloques de enfrente. De modo que anoche, cuando en alguna canción bajaba la música para que cantara la gente, el rugido de voces parecía un concierto de San Mateo. En plena catarsis colectiva, llegó un coche de la Policía Nacional y, después de flipar con la que teníamos montada, se unió a la fiesta en medio de una atronadora ovación. El fin de fiesta fue con toda la gente en las ventanas gritando ¡Otraaaa, otraaa!
Y yo he pensado que este encierro está sacando lo mejor de nosotros. No por lo que han hecho mis hijos, que de ellos no me extraña. Ayer al despedirnos y entrar cada uno a su casa, las ventanas de enfrente estaban llenas de gente. ¿Y sabéis que? Yo nunca había reparado en ellos. Cuando salgo a la terraza y alguna vez miró hacia allí solo veo visillos y persianas. Y ahora sé que detrás de ellos hay personas que ayer nos tiraban besos, nos decían adiós con la mano y pintaban una sonrisa en su cara.
Así que Agustín ha dicho que le ha gustado tanto la sorpresa que mañana repetimos, a ver si se gana otro pastel. Y para que también vosotros os unáis a la sonrisa, os dejo aquí el vídeo de ayer. ¡Sed buenos que ya queda menos! 😘
2 comentarios:
Cuando he visto a los pimpollos en la puerta con ese bizcocho me ha emocionado. Nadie espera a los canijos de tus vecinos que te agradezcan de esa manera el haber puesto música un ratín.
Y lo bien que lo pasamos con ellos, no se querian ir. Hoy en casa había más aplausos si cabe el unirse ellos también. El sábado montamos el equipo grande, palabra !!. Qué momentos tan bonitos traen también las desgracias a pesar de todo. Miles de gracias, de verdad. Me encanta !!
Ah. Se me olvidaba; el pastel estaba buenísimo !!!!!
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