viernes, 19 de junio de 2020

Diario de una familia enclaustrada: día 99

Por fin nos salió una tarde soleada, después de varios días de cielos grises y lluvia de esa tan del norte, que sabes cuando empieza pero no hay quien descifre cuando va a parar. 

Estábamos dando un paseo después de hacer varios recados cuando nos sorprendió el sonido de unas gaitas en la lejanía. Siguiendo el rastro de las notas como si fueran las migas de Pulgarcito, nos plantamos delante del Teatro Campoamor. Y allí estaban, la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, perfectamente formados y dándole al fuelle. 

Pronto se arremolinó la gente y se formó el corro de mascarillas. Entre pieza y pieza, el director saludó a un señor que estaba a mi lado. "A ver si animamos un poco la ciudad", fue su frase. Y a fe que lo consiguieron. Después de varios temas delante del teatro, comenzaron un pasacalles y como ya no teníamos nada mejor que hacer que dejar correr el tiempo para ir a buscar a Olga a la salida del trabajo, pues nos acoplamos con ellos a recorrer el centro.

Como no puedo evitar la mirada periodística, mi paseo ha sido de buscar detalles aquí y allá. Y hay uno que destaca por encima de todos: que gusto ver las caras de la gente. Empleados saliendo a las puertas de las tiendas. Ventanas abriéndose al paso de la música y niños y mayores asomándose a ellas dibujando sonrisas. El personal que estaba en las terrazas, aplaudiendo al paso de las gaitas. Y lo que más me ha emocionado, un par de personas tirando rápidamente de teléfono para establecer videollamada con seres queridos que estaban lejos -no he podido evitar escuchar las conversaciones- y acercarles en directo el sonido que, intuyo, tanto echan de menos. Una de ellas, llorando a moco tendido en el salón de su casa en algún lugar a muchos kilómetros. Y yo al lado, a puntito de soltar la lágrima también, que para estas cosas no aguanto nada, que le vamos a hacer.

El pasacalles ha finalizado delante de la iglesia de San Juan el Real, como no, con el himno de Asturias y una ovación espectacular. Objetivo conseguido, señor director, gracias por traernos un poquito de normalidad.


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