Conste en acta que yo ya lo sospechaba pero como insististeis tanto y tantos pues os hice caso y claro, ya está liada. A ver, bonicos, ya terminé La Casa de Papel. Voy a intentar no destripar nada, por si alguien aún no la vio y quiere hacerlo, pero poneos cómodos que voy.
Antes de empezar a repartir mandobles dejemos clara una cosa: segundas partes -salvo El Padrino y Harry Potter- nunca fueron buenas. Eso nos da pie a decir que si la serie hubiera terminado con el asalto a la Fábrica de Moneda, la crítica sería diferente. Algunas interpretaciones sobreactuadas, bueno. Ciertos excesos de guion, como entregarse al coito salvaje, de pie y con un tiro en la pierna, vaale. Escenas de acción bien rodadas aunque poco creíbles, macho, que desde el Equipo A no se veía tamaña falta de puntería, veeeeenga. Pero en conjunto hubiera dicho que está bien, se deja ver.
Mas quisieron estirar el chicle y perpetraron la segunda parte. Y hasta aquí hemos llegado. Lo que antes eran defectos tolerables o licencias asumibles se apoderan del guión. Y el resultado es un pastiche que parece escrito por el más fumado del 15M. Es el mundo al revés. Los malos son los buenos pero a lo bestia. La construcción del personaje del escolta del gobernador frente a la canonización laica de la nieta de Lola Flores es de vergüenza ajena. Por cierto, una muchacha que maneja el M16 como el que hace churros, que lleva delinquiendo desde que tiene uso de razón tiene miedo a ir sola de noche. Joder, vale que metas la cucharada de ideología de género pero no insultes la inteligencia del espectador.
Sigo. La Policía es tonta, claro y para lo de los mineros asturianos como comando de élite no encuentro calificativo. Empezamos haciendo la revolución y degeneramos en un Robin Hood de mercadillo. Mucho Bella Ciao, mucho partisano, pero ¡oh, sorpresa! la lucha de clases culmina imitando al Dioni, viviendo a todo trapo en una playa exótica. Resumiendo, que lo que arranca como un interesante proyecto de thriller al final rompe en un interminable spot de Estrella Galicia.
Puestos a ver ficción de atracos, me quedo con Todos al Suelo. Pajares, Esteso, Ozores y Juanito Navarro frente al tolosabe del Profesor, el pedante de Berlín, el charlas de Palermo y el sinsorgo de Arturo.
¡No hay color!
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