Me reafirmo en lo que dije ayer. Hoy volvimos a dar un paseo y nada
de barullos, antes al contrario, gente perfectamente organizada y
cumpliendo las recomendaciones. Así que sigo pensando que las imágenes
que corrieron ayer por las redes sociales no reflejaban la realidad. O
al menos, la mayor parte de la realidad. Lo cierto es que los míos se lo
han pasado pipa. Hoy se animaron con la bicicleta y los patines con lo
que yo, que iba de peatón, llevé la peor parte. Pero agradezco también
el ejercicio, que me estaba acartonando por momentos.
Lo que
también he agradecido muchísimo han sido las imágenes de la Consejera de
Salud de Castilla y León, Verónica Casado, que en una comparecencia en
el parlamento autonómico ha roto a llorar al recordar a sus compañeros
fallecidos-ella es médico- por culpa del coronavirus. Ha pasado un rato
malísimo pero ha sido capaz de reponerse y de nombrarlos a todos a modo
de homenaje.
Que igual a alguno os parece una bobada pero a mí
estas cosas me reconcilian con la política. Con la que está cayendo, no
entiendo las carcajadas de algún ministro en el Congreso o la sonrisa de
oreja a oreja de alguna compañera de gabinete en las ruedas de prensa.
La actitud de esta señora me parece que está mucho más cerca del sentir
ciudadano. Claro que me dicen los que la conocen que de política, tal y
como lo entendemos, en el peor sentido del término, tiene poco.
Así que esperemos que no la aburran.
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