lunes, 6 de abril de 2020

Diario de una familia enclaustrada: día 25

Llevaba días rondándome la idea. La tentación me ha estado persiguiendo pero yo corría más. El caso es que en mi fuero interno tenía claro lo que iba a ocurrir pero me engañaba a mí mismo diciéndome, no, no te va a pasar, ya verás, lo tienes todo controlado. Pero somos humanos. Y por muy chulo que te pongas, al final caes. El caso es que ayer me pesé. Y efectivamente, se confirma que la operación bikini va de culo. Dos kilitos en casi un mes, ahí es nada y que levante la mano el que haya conseguido mantenerse. ¡So héroe!

Por lo demás, un día agridulce. Los datos parece que siguen invitando al optimismo pero cuando volvía del trabajo me llevé el disgusto. Ha muerto la abuela de otro tío muy querido, mi tocayo David López Frías. A ella no la conocía pero su nieto nos ha hablado tantas veces de ella, nos ha compartido tantas anécdotas entrañables que la siento como mía. Cuando hoy he hablado con él nos hemos echado los dos a llorar pero no quiero estar triste, no quiero recordarla así, porque ella nos ha hecho reír tantas veces con sus ocurrencias que eso es con lo que quiero quedarme.

La abuela de David, con sus noventa y seis años, se sentaba a ver el fútbol cada fin de semana y sus comentarios eran impagables. Cuando el Real Madrid fichó a Adebayor, ella lo bautizó como Nuevayor. Luka Modric para ella era Camorri. Y en este plan. Lo que hubiera dado por ver un partido entero a su lado. 

Hace unos días, su nieto firmaba una carta llena de sensibilidad que al final se ha convertido en una despedida. Ese día le dije que su abuela debería ser patrimonio de la humanidad. Me traicionó el subconsciente con ese comentario, porque yo sé lo que la quería y muchas veces, aunque nunca se lo he dicho, he sentido envidia de la relación que tenían. Ya me hubiera gustado a mí. 

Y por eso sé también que el hueco que le va a quedar en el corazón va a ser imposible de llenar. Aunque sabe que ahí nos va a tener a los incombustibles del poblao. Cuando estoy terminando de escribir leo que se nos ha ido también Radomir Antic

Que acabe ya esta pesadilla, por Dios.




No hay comentarios: