martes, 26 de mayo de 2020

Diario de una familia enclaustrada: día 75

Como ya podemos movernos con mayor libertad, hoy cambiamos la visita al parque por un paseo por el centro y un rato de tiendas. Hemos recuperado el sabor de un helado de cucurucho en la heladería, hemos echado un buen rato en una librería, hemos comprado un par de libros y nos hemos dado una buena vuelta por las tiendas de ropa.

Parece mentira la facilidad con la que los niños se adaptan a las situaciones. En cada local que hemos visitado, el mismo ritual: bote de gel a la entrada y desinfección de manos. Entrada y salida perfectamente separadas y señalizadas. Incluso en los pasos de cebra está indicado por donde tienes que cruzar para mantener las distancias. Pues en esas andábamos cuando Aroa se ha sacado de la manga una de sus ocurrencias.

- Papá, si te fijas, somos como los coches, tenemos que andar cada uno por un carril. Y lo de pararse en los botes de gel es como si fuera el peaje, llegas, te lo echas y sigues.

Toma metáfora automovilística. Pero el caso es que lo ha descrito perfectamente. Se lo han tomado los dos como un juego y al tercer local ya lo tenían interiorizado. Así que si ellos pueden, los mayores también.


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