miércoles, 13 de mayo de 2020

Diario de una familia enclaustrada: día 62

A estas alturas de la película ya lo deberíamos tener claro. Si Fernando Simón sigue diciendo que las mascarillas no son necesarias, id haciendo acopio que cualquier día de estos las hacen obligatorias. Recordad que los consejos de ministros son un homenaje permanente al legado musical de Johnny & Charley., oseasé, la Yenka. Verbigracia, ayer rebajas no, hoy ya sí. 

Lo de la mascarilla como complemento indispensable para los próximos meses será el siguiente delante-detrás, ya lo veréis. Reconozco que a mí me costó los primeros días pero ya me voy acostumbrando. Y lo mismo que he automatizado el lavado de manos, la mascarilla  -junto con las llaves y el teléfono- ya forma parte del triunvirato de indispensables al salir de casa. 

Aparte del evidente beneficio en la prevención del contagio, si te paras a pensarlo da para entretenerse. Esta semana la calle parece un baile de máscaras veneciano. Me he cruzado con varios conocidos que no han sido capaces de identificarme. Y al contrario, siempre he sido muy buen fisonomista así que no se me escapa nadie a pesar de que solo quedan los ojos para decidir si son galgos o son podencos. 

Y al hilo de esto, he observado otro fenómeno curioso. Decía Saint Exupéry que para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada. Pues mira, otra razón para usar las mascarillas, si sirve para que todos nos miremos a los ojos.

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