domingo, 3 de mayo de 2020

Diario de una familia enclaustrada: día 52

Posiblemente sea uno de los días más importantes del año. Porque seguramente son las personas más importantes de nuestras vidas. Las que nunca fallan, las que siempre están, las que todo lo aguantan. Las madres. Todos traíamos la mochila de los besos pendientes casi llena pero seguro que hoy nos han quedado a rebosar con los que hemos reservado para ellas. 

Nosotros lo hemos celebrado a lo grande, receta asturiana con ingredientes salmantinos, esto es, cachopo con ternera de Vitigudino, jamón de Guijuelo y queso de Las Arribes. Y todo ello regado con un Hacienda Zorita, también de nuestra tierra. Otra cosa no, pero lo de cuidar el paladar lo estamos llevando a rajatabla. 

 La sobremesa también ha tenido color charro. Videoconferencia con mis compañeros de universidad, rememorando los cientos de cafés que nos tomamos en el Alcaraván, un bar que resiste el paso del tiempo enfrente de la Pontificia. Ha sido un gustazo echar un rato de tertulia, arreglar el mundo y vernos las caras. 

 Oye, que le estoy cogiendo el gusto a esto de las reuniones virtuales, a falta del pan de los encuentros en persona, buenas son las tortas de las conexiones informáticas. 

Y mañana un pasito más en el desconfinamiento, que no "desescalada". A ver qué tal se da...

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